Víctor Bezanilla, propietario de Agrícola La Palma, se muestra confiando en que los problemas de transporte y logísticos que sufrieron los productos alimenticios en 2021 y 2022, podría estar llegando a su fin.

En efecto, señala, que “el tema logístico aparece medianamente solucionado, no existiendo problemas ni de precios, ni de fletes. Ahora último, los precios no están mal”.

Uno de los aspectos más complejos del año pasado fue el alto costo de la cadena logística por factores multifactoriales, -entre otros, por una guerra entre Rusia y Ucrania que aun sigue presente-, lo cual, impactó los márgenes de la industria, en menor medida de la ciruela seca y, en mayor, de la ciruela fresca, la cual se destina principalmente a China, país que vive aun con intensidad las secuelas de la pandemia.

En los últimos años, Chile ha sido el principal exportador de ciruelas secas del mundo, por lo que este tipo de temas logísticos considerando, asimismo, nuestra lejanía de muchos destinos, sin duda, afectan. Además, se trata de “una industria de márgenes muy pequeños, rentabilidad baja, y de un consumo plano a nivel global en los últimos años, a pesar de los descubrimientos recientes que destacan a la ciruela seca como un superalimento”, expresa el ejecutivo.

Otro tema de industria que juegan a favor, señala, es que al ser un producto no perecible, las crisis portuarias y de huelgas no le afectan mucho a diferencia de la fruta fresca.

Agrícola la Palma es relativamente nueva en el negocio de la ciruela. Víctor Bezanilla (71 años), quien viene del área de la construcción, donde sigue siendo principal accionista de una empresa familiar como Besalco, adquirió los campos en 2007, plantando las primeras hectáreas al año siguiente.

Hoy, cuenta con 440 hectáreas de producción ubicadas en el Valle de Colchagua, VI Región, zona en donde se cultiva el 70% del ciruelo europeo presente en Chile. Se trata de un solo predio, en donde, de las 440 hectáreas, 280 son para ciruelas, y el resto se reparte entre mandarinas Murcott, aceitunas, maíz y trigo.

Sus primeras exportaciones de ciruelas secas se realizaron en 2021, haciéndolo de manera directa e indirecta -a través de otros procesadores-, realizando envíos, en la actualidad, a Polonia, Holanda, Inglaterra, Lituania y Brasil.

“En 2022 exportamos entre 600.000 a 800.000 kilos, y proyectamos en el corto plazo llegar a los 2,5 millones de kilos haciéndolo de manera directa como Agrícola La Palma. La idea es realizar envíos solo de ciruelas secas, pues con el fresco no nos ha ido bien. También pretendemos llegar a nuevos destinos como México, China y otros países de Europa”.

Agrícola La Palma es uno de los nuevos miembros de la Asociación Gremial de Procesadores y Exportadores de Ciruelas Secas de Chile, gremio fundado en 2005, y que ahora reúne a más del 70% de las exportaciones de ciruelas deshidratadas chilenas.

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