A lo largo de más de 30 años, Univiveros se ha ganado un reconocido prestigio en la fruticultura chilena propagando y comercializando una amplia gama de plantas frutales y vides. Actualmente es, con propiedad, uno de los líderes del mercado local en cuanto a disponibilidad de nuevas variedades, calidad y sanidad vegetal.

Y es en este contexto que la empresa comenzó hace tres años un ambicioso programa que llamó “Programa de Sanidad Total” (PST), enfocado en la necesidad que tiene la industria de obtener plantas con un estatus fitosanitario superior.

“El objetivo del programa es mejorar el perfil sanitario de nuestras plantas, buscando asegurar un correcto establecimiento de los huertos durante los primeros años y así lograr un plantel productivo con buenos rendimientos”, explica Vicente Villagrán, jefe de Producto Cerezos, Carozos y Pomáceas de Univiveros.

Lo que se busca es minimizar, principalmente, las enfermedades que se transmiten a través del material de propagación, y que además son de importancia económica para la especie o que puedan transformarse en barreras para la comercialización de los productos finales a mercados relevantes.

Foco: virus fitopatógenos

Cuando Univiveros inició este programa de sanidad vegetal, se enfocó en mejorar el estatus sanitario de los planteles madre de portainjertos de vides. Luego fue incorporando al programa,  variedades de vides de mesa, clones para la industria del vino y posteriormente frutales mayores, incluyendo cerezos, manzanos y carozos.

“La prioridad es la sanidad de nuestros materiales de propagación. Para esto se han establecido paneles de control de los principales virus fitopatógenos para cada especie”, acota Villagrán.

El compromiso con los productores es ofrecer plantas de la mejor calidad y de un nivel sanitario superior, a través de una serie de medidas y manejos para controlar y minimizar la presencia de virus, bacterias y hongos en las plantas que la firma entrega a sus clientes.

Para ello, se toman muestras estadísticamente representativas de los materiales de propagación que son analizadas en laboratorios especializados para los patógenos antes mencionados, definiendo límites de tolerancia en la incidencia de dichas enfermedades, lo que asegura estar constantemente seleccionando los materiales más sanos para la propagación de las plantas.

Las plantas madre fuente de material son sometidas a un estricto proceso de selección, eliminándose todas aquellas que no cumplan con el estándar fitosanitario establecido por Univiveros, que, cabe agregar, cuenta con un Departamento de Sanidad y un Laboratorio de Diagnóstico Fitopatológico, donde los equipos de especialistas de la empresa definen los protocolos y procedimientos necesarios para llevar a cabo el programa.

“Trabajamos también con varios algunos laboratorios externos de prestigio, y tenemos la asesoría de especialistas nacionales e internacionales que nos dan el soporte para cumplir con nuestra meta”, señala Villagrán.

Controles y postventa

Univiveros cuenta con un Departamento de Control de Calidad que se encarga de supervisar el fiel cumplimiento los protocolos y cuidados durante el proceso productivo, asegurando además la trazabilidad necesaria para llegar con un producto final que garantice la autenticidad varietal y el estatus sanitario establecido para la especie. Por otro lado, a través del Departamento de Postventa, se hace cargo del soporte técnico para un establecimiento óptimo de los nuevos huertos.

La oferta varietal de Univiveros se complementa con socios estratégicos ubicados en diferentes partes del mundo, que le proveen materiales con protocolos sanitarios muy exigentes, entre ellos, el protocolo 2010 para vides provenientes de  Estados Unidos, y Centros Repositorios aprobados por el SAG, como el CTIFL de Francia que suministra materiales limpios del género Prunus (nectarines, ciruelos, almendros y cerezos).

La empresa también se preocupa de inspeccionar las nuevas variedades que ingresan a Chile una vez liberadas del periodo de cuarentena obligatoria, realizando análisis para aquellas enfermedades no controladas por el SAG, que permitan seleccionar solo aquellos materiales sanos, los que se mantienen bajo resguardo en bancos de germoplasma. “Se convierten en las fuentes de material futuro de nuestros planteles de yemas”, apunta Vicente Villagrán.

El desafío, sentencia el ejecutivo, es ir aumentando permanentemente los niveles de exigencia en los productos de la empresa; entre ellos, bajar las tolerancias y seguir aumentando los bloques homogéneos sanos, para tener una base más fortalecida de yemas para producir plantas.

El “Programa de Sanidad Total” es, ciertamente, un proyecto que agrega valor a la fruticultura chilena en su diferentes facetas y debería ser una herramienta estratégica para la industria de la ciruela.

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